¡Escucha, oh Dios!
«Está atento, y respóndeme;
Clamo en mi oración, y me conmuevo.»

Salmo 55.2

Lectura: Salmo 55.1-11

Si no clamo a El, ¿cómo me escuchará?

Si no dirijo a El mi voz, ¿podrá El oírme?

Si no le tomo en cuenta, ¿acaso me oirá?

«Escucha, oh Dios, mi oración,
Y no te escondas de mi súplica»
(1).

No tengo duda alguna de que si clamo a El, escuchará mi oración.

Estoy seguro que cuando le presento mis súplicas, no corre a esconderse de ellas ni de mí.

Señor, gracias por tu atención. Pero ¡cuánto necesito volver mi atención a ti! En esto ayúdame, por favor.

[¡Quién me diese alas como de paloma! (Salmo 55.6)]
tomado de Salmo 55.6