Me falta tanta sabiduría. Quiero más y más. La vida y sus circunstancias demandan que tenga mucha.

¡Qué bueno que me rodean tantas fuentes de sabiduría!

La Biblia es mi mejor fuente de sabiduría — y la tengo en español e inglés. También tengo al Espíritu Santo, el cual me ayuda a entender, recordar, y aplicar la sabiduría contenida en las Escrituras.

Por medio de la oración y la meditación ante Dios puedo recibir aún más sabiduría.

¿Habrá otras fuentes de sabiduría? ¡Claro que sí!

Cultos en la iglesia, mensajes grabados, libros y otros materiales impresos, personas — todas esas cosas pueden ser recursos para adquirir sabiduría.

Pero, ¿me aprovecharé de tales fuentes?

He aquí el llamado de Dios:

«Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, Y aplica tu corazón a mi sabiduría» (Proverbios 22.17).

A El abro mi corazón. Quiero que El me instruya. Quiero que El aplique Su sabiduría a mi corazón.