¡Cuánto amo yo tu ley!

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!
Más que la miel a mi boca.»

Salmo 119.103

Lectura: Salmo 119.97-104

Cuando salgo de viaje, no quiero ir por ningún camino que me impida llegar al destino deseado.

Ninguno. Ni si quiera uno.

Ni por un ratito.

Porque quiero llegar a mi destino deseado, y no a ningún otro.

Así también en la vida.

Deseo llegar al cielo. Ese es mi destino deseado.

Por tanto….

«De todo mal camino contuve mis pies,
Para guardar tu palabra»
(Salmo 119.101).

«De tus mandamientos he adquirido inteligencia;
Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira»
(Salmo 119.104).

Ayúdame, Señor, a andar sólo en tu camino. Ayúdame a dejar todo mal camino.

[La Biblia dice: ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación (Salmo 119.97)]
tomado de Salmo 119.97

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.