Lectura: Salmo 115.1-9

Dios está en todo lugar.

Dios está en el cielo.

Dios está en mí y en todo discípulo del Señor Jesucristo. Pero la gloria de Dios no es nuestra.

«No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad « (1).

Cuando la gente nos observa, deberían ver aspectos del carácter y la gloria de Dios.

Cuando la gente ve a los seguidores de Cristo, deberían caer en cuenta de Dios.

En particular cuando los hijos de Dios hacemos lo que es digno de gloria y alabanza.

«¿Por qué han de decir las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios?» (2).

¡Exactamente!

Si mi orgullo impide que se dirija alabanza a Dios….

Si mi vana gloria oculta la gloria de Dios….

Señor, límpiame de todo orgullo y vana gloria. No quiero que la gente no te vea en mí.

tomado de Salmo 115.3